Es oscura la noche entre nosotros, disfruto de tus golpes y tu canción sorda. Me entrego a la sangre y las lágrimas. Pago el precio de tus migajas, me ahogo en el vómito de tu desprecio. Entrego mi cuello a tu guillotina, rompe mis dedos, muerde mis tobillos, corta mis pezones, pincha alfileres en mis ojos.
Aliméntate con mi dolor y
Déjame nombrarte en mi agonía.
Aliméntate con mi dolor y
Déjame nombrarte en mi agonía.
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Te tomo de la solapa y te remezco, ¡te amo! grito en tu cara, mi hálito en tu rostro no sorprende. ¡Estoy viva y me quemo! Camino por las calles ardiendo, soy una sombra, una llama. Amándote en las cunetas, me siento en bares a extrañarte, entre hojas secas y pastos húmedos me tiendo a esperarte. Soy un río, una piedra, un cogollo. Te amo desde mi centro, mi naturaleza. No existo por desearte, el cuerpo se me entume, se me caen las ganas a pedazos, goteo ansias.
¡Te amo! Sigo gritando, zarandeándote, grito desde mi útero, pero mi voz no alcanza a llegar... ahora estás demasiado lejos de mí.
4 comentarios:
Ay amiga, que potentes letras. Como tú.
Un abrazo y mi cariño
Querida Porris. Agradezco tu grata visita. Lamentablemente estoy en un ciber y no puedo leer mucho. Tengo problemas laborales y estoy más pobre que las ratas. Pero en cuanto pueda vendré... si, siempre paso a verte.
Un beso.
Siga gritando, a mi me encanta escucharla.
Te doy un gran abrazo, hace tanto tiempo que no te leo.
Petra
Me contendré, no escribiré lo que estoy pensando... muy buena tu poesía.
Un abrazo desde el otro lado.
http://www.poetariolibre.blogspot.com/
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